domingo, 10 de agosto de 2014

LA DOCTRINA DE LA JUSTIFICACIÓN

"¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios? 
¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?" Job 25:4 
La justificación es el acto de Dios en el cual Él declara justo al pecador culpable, cuando este es vestido con la justicia de Cristo. La palabra justificación es un término legal, nos habla de la ejecución de un juicio, de la declaración de una sentencia, y de la absolución del culpable; esta absolución es otorgada porque alguien ha llevado la culpa. Este mecanismo legal también es conocido como sustitución. VIDA CRISTIANA Septiembre-Octubre 1981.

1.- La naturaleza de la justificación: absolución divina. 
El vocablo "justificar" es un término judicial que significa absolver, declarar justo, o pronunciar sentencia favorable de aceptación. La palabra se toma de las relaciones jurídicas. En efecto, el culpable comparece ante Dios, el juez justo. Pero en cambio de una sentencia de condenación, recibe la absolución.

El vocablo justificación es un estado de aceptación al cual uno entra por fe. Esta aceptación es un don gratuito de Dios, disponible por la fe en Cristo. Romanos 1:17. Es un estado de aceptación sobre el cual reposa el creyente. Romanos 5:1,2. Sin tener en consideración su pasado pecaminoso e imperfección presente, tiene una posición completa y segura en relación con Dios. "Justificado" es el veredicto de Dios y nadie lo puede contradecir. Romanos 8:33,34. 
La justificación es primordialmente un cambio de posición de parte del pecador; otrora condenado, ahora absuelto (libre de culpa), otrora bajo la condenación divina, está sujeto ahora al encomio o alabanza divina. 
Dios coloca al ofensor a la posición de hombre justo. 
En algunos países el gobernador de un estado puede conmutar (cambiar un castigo por otro de menor grado) la pena de un criminal, pero no puede volver a la posición de uno que jamás a quebrantado las leyes. Pero Dios puede hacer ambas cosas. Borra el pasado, es decir, los pecados y ofensas, y luego trata de la persona como si nunca hubiera cometido pecado en su vida. Ningún juez podría justificar con justicia a un criminal, esto es declararlo justo y bueno. La justificación es una resta: la cancelación de la deuda del pecado, y una suma: la imputación y atribución de la justicia. 

2.- La necesidad de la justificación: la condenación del hombre.
Debe entenderse la culpabilidad del pecador a fin de comprender tanto la necesidad de la justificación como su importancia. Romanos 3:23, Isaías 64:5 "...tú te enojaste porque pecamos;..." Romanos 1:32 "...los que practican tales cosas son dignos de muerte,..." Gálatas 5:21 "...que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios." Colosenses 3:6 "...cosas por las cuales la ira de Dios viene..." 1Corintios 6.9 "...los injustos no heredarán el reino de Dios...".
La respuesta a la pregunta que hizo Job 9:2 se encuentra en la epístola a los Romanos 1.16,17. El evangelio es el poder de Dios para la salvación del hombre, porque dice de que manera los pecadores pueden ser cambiados en lo que respecta a la posición y condición, para quedar en buenas relaciones con Dios. El hombre es considerado justo ante Dios. 
Pero cuando el hombre en vez de justo o recto es "perverso"entonces necesita la justificación, la cual es obra de Dios. Por la ley nadie puede justificarse. Es como una báscula que te dice tu peso, pero no puede añadir peso. "Por la ley es el conocimiento del pecado" Romanos 3:20. 
En la realización de un viaje, un tren es el medio para llegar a su fin. No tenemos intención de hacer del tren nuestra casa u hogar permanente. Los judíos no se quisieron bajar de ese tren, Romanos 10:4.
 3.- La fuente de la justificación: gracia.
Favor, o disposición bondadosa en la mente de Dios. El pecador no es perdonado porque Dios sea misericordioso para excusar sus pecados, sino porque existe redención por medio de la sangre de Cristo. Romanos 3:24, Efesios 1:7. Cuando una persona está bajo la ley no puede estar bajo la gracia; cuando está bajo la gracia, no está bajo la ley. Gálatas 5:4. La gracia actual capacita al hombre para vivir con justicia, resistir la tentación y hacer cumplir su deber. 
4.- La base de la justificación: la justificación de Cristo.
El Señor Jesucristo lo ha ganado para el pecador, y en representación de él, a quién declara justo mediante la redención de Cristo. Romanos 3:24. La fe es el medio por el cual el pecador se adueña de los beneficios. La obra propiciatoria de Cristo en la cruz. 1 Juan 4:10. 1 Pedro 2:24. Solamente una obra así podría ser base para justificar al impío.  Su muerte fue un acto perfecto de justicia, porque satisfizo la ley de Dios; fue también un acto perfecto de obediencia. 
El acto por el cual Dios nos acredita esta justicia se denomina imputación. Imputación es cargar sobre una persona las consecuencias del acto de otra; por ejemplo, las consecuencias del pecado de Adán son cargadas a sus descendientes. Las consecuencias del pecado del hombre fueron imputadas a Cristo, y las consecuencias de la obediencia de Cristo son cargadas o acreditadas en este caso, al creyente. El vistió nuestras ropas del pecado, a fin de que nosotros lleváramos el manto de su justicia. 1 Corintios 1:30.
5.- El medio de la justificación: fe. 
Romanos 4:5, Romanos 5:1, Gálatas 3:5, 8, 9. Un don debe ser aceptado. No existe mérito alguno en esta fe. La fe encierra la voluntad, y relacionada con todas las buenas elecciones y acciones. Una fe viva producirá obras. Santiago 2:26.
 <<Satanás siempre negará la salvación por la fe. Por eso todas las religiones tienen que la salvación es por obras. >>

"Martín Lutero la calificó como el ‘artículo de sostén o de perdición de una iglesia. Extiende su influencia vital a través de todo el campo de la teología; corre a través de toda la experiencia cristiana y opera en todo el campo de la verdad práctica."