jueves, 28 de marzo de 2024

Las Siete Palabras de Cristo en la Cruz


Se le conoce así a las últimas frases que dijo Jesús antes de morir en la cruz. Cada una de estas frases es un mensaje de esperanza para los que creemos en Jesucristo.

1. La palabra de perdón: “…Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Lc. 23:34.

Una y otra vez el Señor nos enseña la importancia de perdonar a los que nos hacen mal (Mt. 6:12, 14,15; 18:21, 22, 35), y ahora predicaba con su ejemplo; Jesús estaba intercediendo por sus verdugos, por los que le rechazaron, y también por nosotros; gracias a esta oración y a la muerte de Cristo tenemos perdón de pecados. 

2. La palabra de la promesa: “…De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Lc. 23:43.

La misión suprema de Cristo fue salvar a los pecadores, y el buscó salvar a los pecadores aún hasta en su último aliento. El malhechor se arrepintió, y puso su fe en Jesús, esa decisión cambió su destino eterno.Tan pronto murió, fue con Jesús al paraíso. 

3. La palabra de provisión: “…Mujer, he ahí tu hijo… He ahí tu madre”. Jn. 19:26, 27.

Está palabra tan especial es dirigida a su madre, el corazón de María había sido traspasado por la espada; se la encarga a Juan, el discípulo amado. Nos dice el mismo Juan, en su evangelio, que desde aquella hora la recibió en su casa. 

4. La palabra del desamparo: “…Elí, Elí, ¿lama sabactani?… Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Mt. 27:46.

La agonía comenzó desde el Huerto de Getsemaní, pero no fueron los clavos, ni las espinas, ni la cruz, tampoco el látigo, ni el rechazo de la gente lo que le dolió más a Jesús, fue el desamparo del Padre el más grande dolor que él sintió. La espada de Jehová hiriendo al pastor (Zac. 13:7). Jehová cargó en él nuestros pecados (Is. 53:6).

5. La palabra de necesidad: “…Tengo sed”. Jn. 19:28.

Estás palabras no eran improvisadas, tampoco irracionales, Jesucristo estaba cuidando cumplir cada profecía mesiánica, hacía un milenio que se había pronunciado por David (Sal. 69:21 cf. Mt. 27:48). “Para que la Escritura se cumpliese”. Por otro lado, Jesús era tan humano como nosotros, y literalmente sintió una terrible sed.

6. La palabra de consumación: “…Consumado es”. Jn. 19:30. 

La obra que el Padre le había encomendado fue acabada con éxito, Jesús estaba cumpliendo lo que la ley y los profetas anunciaron de él. La palabra consumado, también se puede traducir como 'la cuenta está pagada'. El sacrificio de Cristo satisfizo la exigencias, y condiciones para la reconciliación del hombre para con Dios. (Ro. 5:1).

7. La palabra del regreso: “…Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Lc. 23:46.

Después de decir esta última palabra, nuestro redentor murió; el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrió paso a la resurrección tal como dice en Mateo 27:50-53. Además el centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, temieron y creyeron, Mateo 27:54. La muerte de Jesús tuvo repercusiones en el mundo físico y en el ámbito espiritual; pero la más importante es que ahora tenemos entrada al Padre por medio de él, y la vida eterna.


miércoles, 6 de diciembre de 2023

La mies es mucha, más los obreros pocos


 Lectura bíblica: Mateo 9:35-38

Texto para memorizar: Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” Mateo 9:38.

INTRODUCCIÓN: La palabra mies viene del latín messis, que significa cosecha. Es cereal que ya está maduro para ser recolectado. Jesús comparaba la mies con la gran cantidad de personas prontas a su conversión al Señor por medio de la evangelización. 

I. ¿DÓNDE ESTÁ LA MIES? (Mateo 9:35)

Para Jesús la mies estaba en las ciudades, en las aldeas, y en las sinagogas; por eso él iba de un lugar a otro metido de lleno entre la mies. El Señor tenía clara su visión y su misión (Mr. 1:38). Tristemente muchas iglesias han perdido la visión evangelística, y ya no quieren salir de las cuatro paredes de su templo a evangelizar al mundo perdido. Existen ciudades del país donde no tenemos iglesias evangélicas; y en nuestro estado colonias y pueblos sin evangelizar. El lugar donde trabajamos o estudiamos, con los vecinos, y la familia, es parte de la mies que tenemos que recoger en los graneros del Señor. Rom 10:14  ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 

II. ¿CUÁL ES LA CONDICIÓN DE LA MIES? (Mateo 9:35b, 36)

Jesús ve un mundo enfermo que necesita sanidad, que necesita alivio para sus dolores; la medicina es el evangelio, solo Cristo puede salvar y sanar al mundo. Hay quienes dicen: “vamos a esperar que sea el tiempo de Dios para salir a predicar”, pero desde hace dos mil años los campos están listos para la cosecha (Jn. 4:34). En segundo lugar, Jesús ve a las multitudes como ovejas descarriadas que necesitan venir al pastor de las almas (Is. 53:6, He. 13:20). Las ovejas están dispersas y hay que traerlas al redil. Si todos nos propusiéramos a traer un alma al templo, en un año seríamos el doble de los que somos ahora. 

III. ¿POR QUÉ LOS OBREROS SON POCOS? (Mateo 9:17)

Esta es una realidad de la que Cristo habló. Hay pastores que atienden dos o tres iglesias, porque no hay hermanos que quieran trabajar en la obra de Dios; a pesar de que tenemos nuestro instituto bíblico siguen faltando obreros. Hay hermanos que podrían atender una congregación, pero el temor a sufrir económicamente, el amor al materialismo y a las comodidades, la falta de amor por los perdidos, la indiferencia, son algunas de las razones por las que no quieren ir a la mies. Dios bendiga a los pastores y a las hermanas que están trabajando en el ministerio de la predicación, el Señor los recompensará (1 P. 5:4). 

IV. ¿QUÉ PODEMOS HACER PARA QUE HAYA MÁS OBREROS? (Mateo 9:38)

"Rogar al Señor de la mies..." ¿Cuántos de nosotros somos la respuesta a ese ruego?, estamos pidiendo que Dios mande a otros, y tal vez al que quiere Dios enviar es a ti. Por eso tenemos que seguir orando para que Dios convenza a los que se resisten al llamado, y a los que tienen miedo de servir. Roguemos que haya hombres y mujeres que respondan al llamado (Is. 6:8). Nosotros no podemos producir obreros, estos deben venir de Dios; es Dios quie puede poner en el corazón de los hombres la pasión por las almas perdidas (Jr. 20:9).

CONCLUSIÓN: La mies necesita llevarse a los graneros, y Dios quiere hombres que digan: “Estoy dispuesto a ayudar a que esta mies pueda entrar a los graneros eternos”. Tengamos está necesidad siempre en nuestras oraciones, roguemos con lágrimas por más obreros. 

 

jueves, 18 de mayo de 2023

LA ORACIÓN EFICAZ

...La oración eficaz del justo puede mucho.
Santiago 5:16 
Eficaz es algo que produce el efecto esperado, que va bien para determinada cosa. 

Todos queremos que nuestras oraciones sean contestadas, pero necesitamos aprender el arte de la oración; más bien de la oración eficaz. Por eso debemos aprender de los hombres de Dios que fueron creyentes de oración, como Elías, que aunque era sujeto a pasiones como las nuestras, oraba con eficacia. 
1. La oración eficaz es aquella que se hace con fe.
Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
Santiago 5:15 
Fe es creer en Dios, y saber y confiar en lo que él puede hacer. Aveces tenemos poca fe, pero Dios la puede usar para hacer grandes cosas, porque él es grande.
Hay que pedir con fe. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
Santiago 1:6 
Sin fe no vamos a recibir nada. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Hebreos 11:6 
Nuestra fe debe crecer cada día, inicia como una pequeña semilla, pero crece hasta ser un árbol que da fruto. Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.
S. Lucas 17:6 
2. La oración eficaz se hace con un corazón limpio. 
Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
Santiago 5:16 
No podemos esperar que Dios conteste nuestras oraciones cuando tenemos un corazón lleno de resentimientos, o de amarguras, o que tengamos falta de perdón. Primero tenemos que pedirle a Dios que nos limpie, nos perdone, y nos ayude a perdonar. Por eso Santiago dice que debemos confesar nuestras ofensas unos a otros, porque todos ofendemos de hecho o palabra. Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
S. Mateo 5:23‭-‬24 
3. La oración eficaz sale de los labios del justo
...La oración eficaz del justo puede mucho.
Santiago 5:16 
Un justo es aquel que practica la justicia. Aunque en Romanos 3:10 dice que no hay justo ni aun uno, sin embargo, nosotros los creyentes hemos alcanzado la justicia por la obra de Cristo en nosotros. Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
Romanos 5:1
Cuando Cristo viene a nuestra vida hace un cambio en nosotros, el nos da su justicia, y nos ayuda a vivir una vida recta, santa, y justa. Por eso somos justos a los ojos de Dios. 
Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.
1 Juan 3:7 
4. La oración eficaz es aquella que se hace fervientemente.
Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.
Santiago 5:17  
Ferviente es algo que está hirviendo, es una actitud de profunda veneración religiosa. Orar fervientemente es orar con entusiasmo, todos los sentidos, pensamientos, y sentimientos, se involucran. Un ejemplo lo encontramos en la iglesia primitiva, cuando fueron amenazados fueron y oraron con fervor. La respuesta de Dios fue inmediata, el lugar tembló, y fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios. Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay;
Hechos 4:24 
Algunos al orar solo dicen "amén" oyendo al que dirige la oración. Otros al orar se quedan dormidos, sus oraciones son tan mecánicas, tan monótonas, que dejan frío a cualquiera. Debemos orar con pasión, con entusiasmo, con profundidad. 
Otro ejemplo es el de Pablo y Silas. Que oración tan fervorosa, los presos los oían, los cimientos de la cárcel se estremecieron, y la familia del carcelero fue salva.
Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.
Hechos 16:25 
Elías también oró con fervor, el cielo se cerró por tres años y medio, hasta que el malvado rey Acab se arrepintiera. Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.
1 Reyes 17:1 
Después, cuando el pueblo de Israel se volvió a Dios en arrepentimiento, volvió a orar fervientemente, y la lluvia volvió a caer a pesar de las pasiones humanas y carnales que había en el profeta. Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.
Santiago 5:17  
5. La oración eficaz es persistente.
Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.
Hechos 12:5 
La eficacia de la oración no la determina la cantidad de las personas que oran, o cuan arreglada esté la iglesia, sino el que se haga con persistencia. Cuando Pedro estaba encarcelado, los hermanos se reunieron a orar en una casa, la respuesta vino a la media noche, porque a esa hora seguían orando por Pedro. Es algo curioso que también a la media noche vino la respuesta a Pablo y Silas.
Tal vez a la primera que oramos no vemos respuesta, aprendamos del profeta Elías, tuvo que orar hasta siete veces, no se levantó hasta que vio venir la lluvia. 
Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye. Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje. Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y subiendo Acab, vino a Jezreel. Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.
1 Reyes 18:41‭-‬46 

Conlusión. 
Podemos decir que una oración eficaz es aquella que es contestada conforme a la voluntad de Dios.
Sigamos orando, y creciendo, y practicando la oración. Mi madre suele decir: la práctica hace al maestro.

sábado, 29 de abril de 2023

La carrera cristiana

¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
1 Corintios 9:24-27
Los corintios estaban muy familiarizados con los juegos olímpicos,  ya que ellos tenían el deporte como parte de su cultura, y como  disciplina, tanto militar, como en la vida diaria. Pablo compara la vida cristiana como una carrera, que es de obstáculos, y de resistencia.
La meta del Cristiano es estar con Cristo.
"Corred de tal manera que lo obtengáis"
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses 3:13-14
Para poder correr es necesario olvidar el pasado, los rencores, la vida pecaminosa, los problemas; hay quienes están atrapados en su pasado y eso no los deja avanzar. Hay que mirar hacia delante, teniendo la mirada en Cristo. El supremo llamamiento es la vida cristiana, él nos ha llamado para heredar la vida eterna, y para servirle. 
Hay que abstenernos de muchas cosas.
"Todo aquel que lucha de todo se abstiene"
Absteneos de toda especie de mal.
1 Tesalonicenses 5:22
que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.
Hechos 15:29
Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,
1 Pedro 2:11
Del pecado, de las cosas del mundo, vicios, bailes, etc.
Recibiremos una corona incorruptible.
Las coronas que daban a los ganadores estaban hechas de ramas de olivo, cortado previamente con un cuchillo de oro de manos de un niño de 12 años cuyos padres aún vivieran. Los campeones eran proclamados héroes en sus ciudades. Todo lo anterior era una gloria perecedera. Pero la corona que Dios nos dará es incorruptible, eterna. 
Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.
2 Timoteo 2:5
Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
2 Timoteo 4:8
He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
Apocalipsis 3:11
Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.
1 Pedro 5:4
Golpear el cuerpo y ponerlo en servidumbre.
Lo golpeaba con ayunos, con trabajo, con desvelos, con preocupaciones. 
en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.
2 Corintios 11:27-28
Pablo tenía dominio propio. Él controlaba su cuerpo, y no su cuerpo a él. Así también nosotros debemos dejar que sea el Espíritu Santo quien nos controle.
Muchos han sido eliminados de la carrera, o simplemente se han desanimado, por los obstáculos. Nosotros debemos seguir corriendo, avanzando, luchando, ya queda menos que al principio. Hay que tener puesta la mirada en Cristo, y no en los hombres. 
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Hebreos 12:1-2

sábado, 15 de abril de 2023

Cuatro hábitos de Jesús que cambiarán tu vida

Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
Lucas 4:16
Un hábito es modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas.
Todos tenemos hábitos buenos y hábitos malos. Vamos a ver los hábitos de Jesús, si los ponemos en práctica nuestra vida cambiará. Ya que la meta del cristiano es ser como Jesús. 
Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.
Juan 13:15
Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.
Juan 13:17
1. El hábito de congregarse.
Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
Lucas 4:16 
Para Dios es muy importante que nos congreguemos porque es la forma en la que podemos crecer espiritualmente, ya que en la congregación aprendemos más de la Palabra de Dios,y adoramos juntos con otros creyentes. Lucas nos dice que era costumbre de Jesús asistir a la sinagoga.  
2. El hábito de orar. 
Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.
Marcos 1:35
Aunque Jesucristo es Dios, sin embargo también es hombre, y por eso fue un hombre de oración que siempre dependió de la voluntad del Padre. Antes de comenzar sus actividades oraba, y después de su jornada tan intensa oraba, y aveces pasaba la noche orando. 
En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.
Lucas 6:12
Ya sabemos del éxito de su ministerio.
3. El hábito de ayunar.
Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
Mateo 4:2
Antes de iniciar su ministerio ayunó, y si él tuvo que ayunar cuánto más nosotros.
Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán.
Marcos 2:20
4. El hábito de estudiar las Ecrituras.
Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
Lucas 4:16
El Señor se interesó desde de niño en conocer las Sagradas Escrituras, y por eso podía citar de memoria la palabra de Dios.
Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.
Lucas 2:46-47
Su eneñanza estaba basada en las escrituras. Por eso le dijo los judíos que estudiaran las Escrituras. 

Si cada pastor y cada creyente pusiéramos en práctica estos hábitos nuestra vida sería diferente, no estaríamos quejándonos de nuestros fracasos y nuestros errores actuales; tendríamos vidas tan diferentes como lo fue la vida de Jesucristo. Pero hoy podemos comenzar estos prácticas, y las hacemos constantemente se crearán en nosotros buenos hábitos espirituales, y seremos de bendición para otros.

jueves, 7 de julio de 2022

EL AYUNO: ¿QUÉ ES? ¿PARA QUE SIRVE? ¿CÓMO SE HACE?

               

    “Pero este género no sale sino con oración y ayuno.” Mateo 17:21

Algunos dicen que hay distintas clases de ayuno, por ejemplo; ayuno húmedo, que puedes tomar agua, o jugos; ayuno parcial, que es dejar de comer carnes; otros van más lejos, diciendo que ayunan no comiendo espagueti, o dejar de ver televisión, etc. Pero bíblicamente ayuno es dejar de comer alimentos, y líquidos; o sea un ayuno total. El ayuno trae grandes beneficios al cuerpo y al espíritu. El ayuno no es para adelgazar, ni tampoco es malpasarse, sino que tiene propósitos más elevados.

Enseñanzas de Jesús sobre el ayuno.  Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. (Mt 6:16-18)  

Jesús nos enseña a ser discretos a la hora de ayunar. Primero, el ayuno no es para presumir, no debemos andar diciendo que estamos ayunando, o querer hacerlo para aquímostrar a los demás que somos muy espirituales. Segundo, el ayuno debe ser secreto, y Dios nos recompensará en público.

Jesús enseñó que cuando él ya no estuviera en la tierra los discípulos tenían que ayunar, es por eso que es necesario que ayunemos. Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. (Mt 9:14,15)

Jesús nos enseñó con el ejemplo, el ayunó cuarenta días con sus noches, algunos dicen que él pudo porque era Dios, pero recordemos que también era hombre, y él sintió la misma hambre que sentiría cualquiera de nosotros. Si él siendo el Hijo de Dios ayunó cuánto más nosotros debemos hacerlo. Jesucristo sabía todo lo que se necesitaba para triunfar en su obra redentora, lo que iba a enfrentar, por eso después del bautismo lo primero que hizo fue ayunar, antes de salir a predicar. Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. (Lc 4:1,2) Después de enfrentar al diablo y vencerlo, regreso del desierto en el poder del Espíritu; y eso sucede cundo ayunamos Dios nos da poder para vencer las tentaciones, el pecado, y las fuerzas de las tinieblas. Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. (Lc 4:14)

Jesús también nos enseñó a ayunar para expulsar demonios, y en casos donde no basta con orar, sino que tenemos que ayunar, en problemas difíciles, o en enfermedades de muerte, hay que ayunar con la familia si es cristiana, o con la iglesia. Pero este género no sale sino con oración y ayuno. (Mt 17:21)

¿Cómo se hace un ayuno? Lo primero que uno debe tener es un propósito definido. Uno de los propósitos más importantes es buscar el rostro de Dios, la presencia de Dios, para humillarnos y depender de él, para que él nos use en su obra; para buscar su dirección, su guía, y su poder. Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea. (Joel 2:15) Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió. (Hch 2:8,9) Otro propósito es por algún problema que no tiene solución como el caso de Ester, que fueron librados ella y su pueblo de morir… Vé y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca. (Est 4:16) Lo mismo sucedió con los ninivitas que se arrepintieron en ayuno y Dios los perdonó, y los libró del juicio. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua. (Jon 3:7)

Segundo, ya que tienes tu propósito; en la noche antes de dormir has una oración a Dios, y dile el propósito de tu ayuno, y a qué hora piensas terminarlo. Al siguiente día vuelves a orar para que Dios te ayude. Durante el ayuno procura no enojarte, ni pelear, procura estudiar la Biblia, dedica ese tiempo para Dios, en oración y meditación de su palabra. Cuando termines el ayuno, entrega tu ayuno como una ofrenda a Dios, y dale gracias por ese tiempo, confía en Dios que él lo ha recibido, y espera la respuesta.

El tiempo de ayuno cada uno lo propone según sus fuerzas y su deseo de estar con Dios; puede ser después de mediodía, un día completo, dos días, o más. Las veces que uno ayuna también ya es de que cada quien, pero por lo menos una o dos veces por semana hay que hacerlo, y no como algunos ayunan cada año. Otra cosa que cuando uno ayuna si somos casados, hay que ponernos de acuerdo con el cónyuge, porque debemos abstenernos de las relaciones sexuales. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. (1 Co 7:5)

miércoles, 6 de julio de 2022

LA ORACIÓN: ¿Qué es la oración? ¿Cómo orar? ¿A quién orar?

 

                 “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.” Mt 21:22

Orar viene del Lat. Orare, y quiere decir “hablar, pedir o rogar por algo”. Orar también es suplicar, adorar. Orar es hablar con Dios, todos sabemos hablar, o platicar con alguna persona, así que no es tan complicado aprender a orar. Dios es un ser personal; habla, escucha, siente, por eso no debes dudar que él te escucha cuando oras. La oración es el medio para comunicarnos con Dios. Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. (Jer 33:3)

Jesús, a pesar de que era el Hijo de Dios, tuvo una vida de oración, él se levantaba muy de mañana para orar antes de comenzar sus actividades, y si él necesitó orar cuánto más nosotros. Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. (Mr 1:35)

Nuestras oraciones deben ser dirigidas al Padre en el nombre de Jesús. Uno de los mayores errores de muchas personas es hacer oraciones a personas muertas que no pueden interceder por nosotros, o las hacen a un “santo”, o a un ídolo; esto es porque no leen la Biblia, o porque así les han enseñado, o porque siguen una tradición. La Biblia nos enseña que solo hay un Dios, y solo un mediador: Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. (1 Ti 2:5) Nadie sino solo Jesucristo, es nuestro mediador. Fuimos adoptados por el Padre celestial, y por eso tenemos el derecho de orar a él. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. (Jn 15:16) No dice en el nombre Pedro, o de Juan, o de Pablo, o de María… sino en su nombre. En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. (Jn 16:23)

¿Cuál es la forma correcta de orar? Muchas oraciones no son contestadas por pedir de una forma incorrecta. Por eso debemos aprender a orar, como tuvieron que aprender los discípulos de Cristo. Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. (Lu 11:1)

Debemos orar con fe. La fe mueve montañas. No fueron las largas oraciones las que movieron la mano de Dios, ni la elocuencia; la fe es la llave que abre la puerta de las bendiciones celestiales. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. (Mt 21:22) Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. (He 11:6)

Debemos orar con humildad. Muchos le exigen a Dios, o le ponen condiciones, algunos hasta lo retan; eso no es humildad. Veamos un ejemplo: Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. (Mr 1:40, 41) Primero, llegó rogándole; segundo, dobló sus rodillas; tercero, le pidió que hiciera su voluntad. El resultado fue que Jesús tuvo misericordia y lo sanó.

Debemos orar con perseverancia. Aunque no veamos la respuesta inmediata, Dios hará su obra. Orad sin cesar. (1 Ts 5:17) También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar… (Lc 18:1)

Debemos orar conforme a su voluntad. Dios nunca nos va a dar algo que nos hará daño, la voluntad de Dios es perfecta, y buena. Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. (1 Jn 5:14)

¿Por qué creemos que Dios puede contestar nuestras oraciones? En primer lugar, porque el mismo nos dice que clamemos a él. Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. (Jr 33.3) En segundo lugar, porque somos sus hijos. El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8:32) En tercer lugar, porque Dios nos ha dejado muchas promesas en su palabra, y él es fiel a su palabra. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. (He 10:23)

¿Qué cosas debemos pedir en oración? Nuestro Señor Jesucristo nos dejó un modelo de oración en el Padre nuestro. Muchos repiten las mismas oraciones muchas veces en los rezos, o sus oraciones son monótonas, o repiten lo que otros escribieron, Jesús dijo lo siguiente: Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. (Mt 6:7) La oración es para adorar a Dios, y no solo para pedirle cosas. Segundo, debemos pedir que su reino venga, Cristo vendrá con poder. Tercero, que se haga su voluntad, y no la nuestra. Cuarto, que nos dé nuestro pan diario, es decir; para nuestras necesidades. Quinto, que él nos perdone, y nos ayude a perdonar, porque si no, no seremos perdonados. (Mateo 6:9-15)